Una vida buscando refugio. Yamila Abdullah, siria de origen palestino, ya nació como refugiada en el campo de Yarmuk (Damasco). A los 62 años de edad viajaba sola, pues se quedó viuda al poco de emprender su marcha. Cuando estaba en Siria sus vecinos la abandonaron a su suerte y tuvo que irse sola y unirse a otras personas, tapada de negro, huyendo de las atrocidades cometidas por el DAESH. En la frontera con Turquía les dispararon y las mafias la empujaron y la hicieron caer al suelo cuando les había pagado lo que le pedían. Para resumir su periplo me dijo, con una sonrisa imborrable, que su viaje había sido un caerse y levantarse una y otra vez. Yamila espera poder reunirse con una de sus hijas en Alemania. Campo de personas refugiadas de Katsikas (Grecia), 06/2016 © Patricia Bobillo Rodríguez
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